miércoles, 3 de octubre de 2012

Una tradición que engalana al país

Eran las 2 pm y no había té. Todo estaba extraño, pero el dinero no aparecía aquella tarde. Margaret pensaba que no podría tomar esa bebida tan significativa para su país, pero en ese momento su perro llego de la calle, con algo en la boca, parecía un maletín. Margaret salió de la casa y le abrió la puerta al animal, éste entro hasta el comedor y ahí soltó la carga. La mujer entró extrañada y tomó el maletín, el perro meneaba su cola demostrando gran felicidad, pero a Margaret le causaba gran duda.

Al comienzo pensó que era una arma y pensó no abrir el maletín, pero luego la curiosidad mató la sospecha y abrió la carga. Adentro miles y miles de dolares causaron casi un desmayo en la mujer, pero luego entró en razón y cerró el maletín, aseguró al perro con su correa y se fue a la policía.

Al llegar, un hombre corría desesperado de un lado a otro y los policías entraban en colapso al tratar de calmarlo. Margaret se acercó a la escena y mostró el maletín. Los policías la miraron como tan sincera llegó caminando al lugar. Entraron y se mostró de quién era el maletín. Finalmente el hombre multimillonario saltaba en alegría al recuperar su fortuna. Le agradeció a la señorita y le entrego $30.000 y aparte unas monedas para el transporte. El hombre subió a su limocina y partió como si nada hubiese pasado.

Margaret caminó de todos modos acompañada del perro. Pero interrumpió el viaje entrando a un humilde almacén. Ahí compró una caja de té y un poco de jamón.
Eran casi las 5, pero ella ya estaba en su casa preparando el té para la tarde como era de costumbre.


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